El Tribunal Europeo de Justicia de la UE ha sentenciado que las administraciones españolas responsables de preservar el Espacio Natural de Doñana están incumpliendo las leyes europeas que les obligan a proteger este espacio natural de la extracción continuada e insostenible del agua de su acuífero.
En 2016, Europa abrió un procedimiento de infracción con el que alertó a las autoridades españolas sobre el descenso de los niveles de aguas subterráneas y superficiales temporales y sobre el mal estado del agua causado por la contaminación ocasionada por la agricultura intensiva.
En 2019, la Comisión Europea llevó a España ante el Tribunal de Justicia y, más de 2 años después, el 24 de junio de 2021, el Tribunal ha concluido que el Estado español no tuvo en cuenta en el Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021 las extracciones de agua ilegales para estimar adecuadamente las extracciones de agua subterránea, y no previó medidas convenientes para «evitar la alteración de los tipos de hábitats protegidos” provocada por las extracciones de agua subterránea.
“El Estado español no tuvo en cuenta en el Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021 las extracciones de agua ilegales para estimar adecuadamente las extracciones de agua subterránea”
El Tribunal de Justicia de la UE sostiene en su sentencia que de los “datos científicos se desprende que la sobreexplotación del acuífero de Doñana ha acarreado un descenso del nivel de las aguas subterráneas que ocasiona una alteración constante de las zonas protegidas del Espacio Natural protegido de Doñana” y que las “extracciones desmesuradas de agua subterránea” en el Espacio Natural de Doñana incumplen el derecho comunitario (Directiva Marco del Agua y Directiva Hábitats).
La sentencia conmina a España a cumplir con sus obligaciones de acuerdo a las leyes europeas y, en caso de que no se adopten las medidas necesarias, la Comisión Europea podría solicitar que se impusiese una multa al estado español.
INFORMACIÓN NECESARIA Y TOMA DE DECISIONES
El Espacio Natural de Doñana, entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, está compuesto por dos zonas protegidas, el Parque Nacional y el Parque Natural, con una extensión total de más de 128.386 hectáreas.
Doñana forma parte de la Red Natura 2000, fue declarado Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al lado de maravillas de la naturaleza como el Parque Nacional los Glaciares en Argentina, la Isla de los Galápagos en Ecuador, el Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos o el Parque Nacional de Rapa Nui en Chile.
Llama la atención que ni los prestigiosos reconocimientos internacionales, ni que Doñana sea la mayor zona húmeda de Europa occidental y esté considerada la mayor reserva ecológica del continente (lugar de paso y cría para cientos de miles de aves acuáticas y terrestres) hayan conseguido que las autoridades españolas tomaran las medidas oportunas de protección.
“El Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021 no contiene la «información necesaria» para valorar la repercusión de la actividad humana en las masas de agua subterránea de Doñana”
En su sentencia, el Tribunal de Justicia Europeo señala que el Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021 no contiene la «información necesaria» para valorar la repercusión de la actividad humana en las masas de agua subterránea de Doñana y que “el deterioro de estos hábitats continúa y su estado seguirá deteriorándose debido al descenso del nivel piezométrico del acuífero, porque España no ha adoptado las medidas necesarias para poner fin a ese deterioro”.
COMBINAR MODELOS NUMÉRICOS BASADOS EN LEYES FÍSICAS CON MODELOS DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA)
Gran parte de esa “información necesaria” pero no disponible es la cantidad de agua que se está extrayendo del acuífero. Ello es así porque no solo son pocos los pozos que disponen de caudalímetro (en cuyo caso solo cabe una estimación basada en el caudal de concesión), sino que la mayoría de los pozos son ilegales. “Agua no registrada” es el eufemismo empleado para el agua da la que se desconoce su cantidad, localización o ambos.
Hasta que no se disponga de esta necesaria información resulta difícil calibrar con los modelos clásicos las medidas a tomar. Sin embargo, y aunque sea de forma transitoria, el gestor del agua debe convivir con esta indeterminación. Para ello, es imprescindible que se cuente con los medios que permitan combinar modelos numéricos basados en leyes físicas con modelos de Inteligencia Artificial (IA) que adivinen esa influencia antrópica indeterminada.
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