EL PÓKER DEL AGUA (I)

El Póker del Agua es un “juego” durante el cual se toman decisiones sobre cómo actuar en un embalse ante una situación de fuertes lluvias: la partida la juegan tres tipos, y un cuarto personaje, en su papel de croupier, extrae cartas de la baraja y las va colocando sobre la mesa.

Hoy hay partida de póker y TG lo sabe desde hace días. No se trata de una partida de póker corriente. No se celebra en Las Vegas ni en Montecarlo. Y a pesar de que hay mucho en juego, incluidas grandes cantidades de dinero, poca gente conoce su existencia.

TG es un jugador habitual, podríamos decir que imprescindible, pero está nervioso, siempre lo está. Y de camino a la partida repasa las jugadas, las posibilidades, los diferentes escenarios, porque va a necesitar toda su agilidad mental, primordial para jugar bien sus cartas cuando llegue el momento.

Al llegarte saluda al croupier y a los jugadores que van a participar. Se conocen bien, son muchas partidas en el Póker del Agua, un juego en el que se decide el futuro de cientos, de miles de personas, y se toman trascendentes decisiones sobre cómo actuar en un embalse ante una situación de fuertes precipitaciones.

El croupier inicia la partida destapando sucesivas cartas:  informes técnicos que va colocando sobre la mesa de juego.

Como en todo póker descubierto, el croupier inicia la partida destapando sucesivas cartas: informes técnicos que va colocando sobre la mesa de juego.

El Póker del Agua

La primera carta en la mesa no es buena para TG. Hay una borrasca (¿Dora, Ernest, Filomena, Gaetan, Hortense, Ignacio…?), pero parece que está alejada de la cuenca.

TG decide no apostar: no abrirá las compuertas de los embalses y permitirá que se embalse la lluvia.

RR, el jugador sentado a su derecha, está contento con esa decisión: a los regantes les interesa, cuanta más agua en el embalse, mejor. El temor a una sequía y a sus terribles repercusiones sobre los cultivos, siempre está presente.

A RH también le parece una  buena jugada, para los hidroeléctricos mucho mejor un caudal tranquilo y constante en el río.

“Nueva carta: todo cambia. Las predicciones meteorológicas indican que la borrasca se acerca, y parece una borrasca de las importantes.

CL se conforma también con pasar. El clima es el jugador más impredecible y también el más potente.

Sobre la mesa, una nueva carta: el escenario cambia por completo. Las predicciones meteorológicas indican que la borrasca se aproxima, y parece una borrasca de las importantes.

CL sube un poco la apuesta. TG está inquieto y también acepta subirla: vaciará moderadamente el embalse. Si embalsara toda el agua que parece que ha de llegar con esta borrasca, podría quedarse sin resguardo para laminar una posible avenida, es decir, para retener el agua y soltarla de forma progresiva y evitar así inundaciones aguas abajo de la presa.

RR se opone y pasa: un desembalse rápido, aunque sea pequeño, es algo que difícilmente podrán aprovechar para el regadío de sus cultivos.

Pero RH acepta la jugada y se levanta de la mesa, móvil en mano, para dar instrucciones a sus centrales:

—Turbinad, que viene un primer desembalse y no lo podremos aprovechar si no nos damos prisa –ordena a su gente.

La última carta es definitiva: los sensores de caudal del río en cabecera de cuenca empiezan a subir”

La última carta es definitiva. Los sensores de caudal del río en cabecera de cuenca empiezan a subir con una velocidad preocupante.

RR y RH se levantan de sus sillas y abandonan la partida: la apuesta es demasiado alta, hay demasiado riesgo como para anteponer sus intereses.

Ahora TG está solo frente a CL. Siempre lo está en situaciones de emergencia. Los Representantes de los Regantes y de los Hidroeléctricos solo están presentes en las comisiones de desembalse, un par de veces al año. Pero en situación de alerta, TG los tiene presentes en su mente, cuando se enfrenta a un dilema de enorme trascendencia: la decisión que nunca le gusta tener que tomar.

Si abre al máximo las compuertas del embalse, toda esa agua que se ha ido embalsando durante tantos meses se irá al mar en cuestión de horas, sin poderse aprovechar, con riesgo de quedarse sin agua para paliar una futura sequía.

Por el contrario, si ordena cerrar las compuertas, podría aumentar el nivel del embalse y disponer de agua para todo un año, o incluso dos.

Pero si la lluvia es más intensa de lo que se prevé, entonces no tendrá capacidad para aguantar todo el volumen que le viene encima, y deberá dejar que el agua sobrante pase por encima de la presa, quizá inundando los pueblos.

Esta partida no se juega en uno de los famosos torneos de Las Vegas o de Montecarlo. TG no está en un gran casino ni en un hotel glamuroso…, y ahora debe jugar a ciegas, como tantas otras veces”

Esta partida no se juega en uno de los famosos torneos de Las Vegas o de Montecarlo. TG no está en un gran casino ni en un hotel glamuroso, sino en una sala de Telecontrol, ordenador y teléfono en mano.

Sí, TG dispone de muchas observaciones, muy costosas, con mucha precisión, pero… ahora debe jugar a ciegas, como tantas otras veces.

¡Cuánto le gustaría que en este momento apareciera sobre la mesa una nueva carta!

NEURITE

Suspira y sueña con el día en que se ponga sobre la mesa una carta más, una carta de calidad, que le permita disponer de una buena mano, con modelos de predicción fiables, una carta que lo hiciera todo más fácil y seguro… un modelo digital con el que jugar sus cartas sin que tuviera consecuencias reales, algo que se pareciera tanto a la realidad como un gemelo a otro.

De vuelta a casa, observa su reflejo en un escaparate y sonríe: quizá sea el peso de la responsabilidad lo que encorva su espalda. A TG, Técnico de Guardia de la Administración, solo le falta la capucha y las gafas negras para parecer un jugador de póker profesional salido de una película de cine negro.

  • Este relato es una ficción, fruto de la imaginación de su autor, y, de ningún modo, pretende reflejar situaciones reales pasadas, presentes o futuras.
  • Publicado en iAgua el día 16/02/2021

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PREDICCIÓN Y CONTROL DE SEQUÍAS, INUNDACIONES Y EPISODIOS DE CONTAMINACIÓN

Los periodos de sequía, muy frecuentes a lo largo del último siglo, suponen un enorme impacto social, económico y medioambiental, mientras que las inundaciones son la catástrofe natural que mayores daños genera en España. Sin embargo, sus consecuencias  siempre parecen “cogernos por sorpresa”. ¿Por qué? ¿Necesitamos “más” información o información de “más calidad”?

Dora, Ernest, Filomena, Gaetan, Hortense, Ignacio… son los nombres de las borrascas que han “visitado” o visitarán nuestros territorios los últimos meses de 2020 y los primeros de 2021.

Muy bajas temperaturas, precipitaciones con picos de gran intensidad, vientos fuertes o muy fuertes, granizadas, grandes volúmenes de nieve…, todo ello tras un año, el 2020, que, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ha sido el más cálido desde que hay mediciones, por encima del anterior récord del año 2019.

Es probable que a los ciudadanos, en general, estas borrascas nos hayan sorprendido por su intensidad o por las consecuencias de sus características extremas, pero, en realidad, se trataba de borrascas “previstas”.

Puede que las borrascas nos hayan sorprendido por su intensidad o por sus consecuencias, pero, en realidad, se trataba de borrascas que habían sido previstas.

Tan previstas, que incluso fueron “bautizadas” con antelación por, en este caso, los servicios meteorológicos de España, Francia, Portugal y Bélgica.

Y si fueron bautizadas fue, precisamente, porque los meteorólogos les atribuyeron un gran poder para destruir, es decir, para impactar sobre bienes, personas y/o espacios naturales.

Según el Ministerio para la Transición ecológica  “las inundaciones son la catástrofe natural que mayores daños genera en España. Según el Consorcio de Compensación de Seguros y el Instituto Geológico y Minero de España, en nuestro país, los daños por inundaciones se estiman en total en una media de 800 millones de euros anuales”.

En cuanto a los periodos de sequía, muy frecuentes a lo largo del último siglo, sabemos que pueden suponer y suponen un impacto social, económico y medioambiental enorme, con grandes pérdidas para sectores como el agrícola o el turístico

Sin embargo, según los expertos, el clima no es el responsable único de los efectos de los eventos extremos, tanto de los  excesos (las inundaciones), como de las escaseces (las sequías).

Es la falta de planificación o la planificación inadecuada la mayor responsable de que los efectos de ciertos episodios climáticos tengan mayor o menor trascendecia.

Es en el presente cuando construyes el futuro

Es ahora, en el presente, cuando podemos y debemos tomar las decisiones que nos permitan minimizar los daños relacionados con las incidencias meteorológicas del futuro.

Pero la gestión óptima del agua requiere de un conocimiento preciso que permita una previsión de lo que puede llegar a ocurrir en horas, días o meses en cada uno de los puntos del río o del acuífero, un conocimiento que tenga en cuenta tanto los fenómenos físicos, como los derivados de la acción humana.

AIBLOCKS4WATER es una herramienta que hace posible transformar los datos en conocimiento útil que ayuda en la toma de decisiones, con un sistema que combina inteligencia artificial e inteligencia humana.

Es un software pionero e innovador con el que es posible llevar a cabo una predicción y un control realmente efectivos, para gestionar masas de agua superficiales y subterráneas, protegerlas en cantidad y en calidad, y asegurar más y mejor su sostenibilidad.

Disponer del conocimiento con suficiente antelación, permite:

  • Prever el efecto que determinadas obras civiles, como puentes o desviaciones del cauce, puedan tener sobre la lámina de agua de río.
  • Definir las reglas de desembalse, para que se pueda realizar la gestión más óptima ante una situación de fuertes precipitaciones.
  • Calibrar las consecuencias que un incremento de caudal de río pueda tener sobre futuras urbanizaciones.
  • Determinar los mecanismos que contruyan a preservar el caudal ecológico del río evitando el uso abusivo de las concesiones.
  • Advertir de los puntos más probables de origen de una contaminación, de modo que se incremente la eficacia de las inspecciones.

Solo estaremos en disposición de llevar a cabo una buena planificación, si nos basamos en información actualizada, completa y veraz, información que haga posible una gestión que se adelante a los “problemas”, que los prevea de manera concreta y detallada, y que permita tomar las decisiones más oportunas y eficaces.

Neurite, especialistas con más de 30 años de experiencia trabajando con confederaciones hidrográficas.

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Imagen cedida por Vicente González


¿El agua potable es un derecho esencial?

Crece el consumo pero no la cantidad de precipitaciones y agua disponible. En estas circunstancias, se hace imprescindible una nueva y mejor gestión del agua, basada en decisiones tomadas a partir de información exacta y actualizada.

Estamos tan habituados a abrir el grifo y que fluya tanta agua como nos plazca que, si un día, por algún motivo, en nuestras casas dejara de manar agua, probablemente nos parecería una situaciónentre absurda e inaceptable.

Actualmente, en pleno siglo  XXI y en la Europa más acomodada, a la mayoría de los ciudadanos europeos nos costaría imaginar cómo se vive cuando no se dispone de un suministro de agua potable fácil, abundante e ininterrumpido.

¿Qué dice la ONU?

El acceso al agua, ese “bien” tan aparentemente simple con el que saciamos la sed, cocinamos o nos procuramos una higiene imprescindible es considerado un derecho, tanto por los ciudadanos como por organismos del  calado mundial de la ONU.

En noviembre de 2002, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, definió el derecho al agua como “el derecho de cada uno a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico.”

En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho al agua y al saneamiento como un derecho humano básico, sin el cual, otros derechos de mucho más relumbre, como el derecho a la vida, a la libertad o a la igualdad, no podrían ni siquiera plantearse.

Y en 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, un programa que plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y, entre ellos, el sexto ODS, se centra en el agua y en la necesidad de garantizar disponibilidad, gestión sostenible y saneamiento para todos.

¿Cuántas personas carecen de acceso al agua potable?

Sin embargo, según datos de la OMS, la escasez de agua afecta a día de hoy a más del 40% de la población del mundo, y son más de 2.000 millones los seres humanos (de los cerca de 8.000 que poblamos la Tierra) que tienen dificultades para acceder a agua potable.

Cuando leemos datos que reflejan la escasez de agua, puede que nos vengan a la mente paisajes que consideramos propios de regiones pobres y desérticas del “tercer mundo”, sin embargo, instituciones como World Resources Institute (WRI) han hecho publicas listas tanto de los países que actualmente sufren mayor escasez, como de los países que en un futuro próximo corren el riesgo de padecer un mayor estrés hídrico y, entre esos países, junto a Túnez, Argelia o Afganistán, se encuentra España.

De manera constante aumenta la demanda de agua destinada a abastecer a los millones de turistas que visitan el país y aumenta también el consumo de agua para usos agrícolas, pero el agua, la cantidad de agua disponible, no aumenta.

Por una mejor gestión del agua

En estas circunstancias, creciendo el consumo pero no la cantidad de precipitaciones y agua disponible, se hace imprescindible una nueva y mejor gestión del agua, una gestión basada en decisiones tomadas a partir de información exacta y siempre actualizada.

Es necesario contar con un conocimiento exacto de la cantidad y calidad del agua en cada punto del río o del acuífero, así como disponer de la información que haga posible una previsión precisa de lo que pueda ocurrir en horas, días o meses, en relación a eventuales inundaciones, ausencia o escasez de lluvias durante un período prolongado de tiempoo desvíos excesivos del caudal de los ríos por debajo de su caudal ecológico.

Para alcanzar esta meta, Neurite ha diseñado una plataforma que permite combinar modelos numéricos basados en leyes físicas con modelos de Inteligencia Artificial (IA) y, al encajar de forma colaborativa ambas tipologías de modelo, se consigue, por ejemplo, lo siguiente:

  • A partir de las previsiones de lluvia, el modelo numérico basado en leyes físicas calcula el caudal del río hasta que llega un punto en el que se deriva el agua para una planta de abastecimiento de una población.
  • En ese punto, un modelo de inteligencia artificial calcula la cantidad de agua que se podría estar derivando hacia la población y el caudal que la depuradora de la población retornaría al río.
  • El modelo físico se encarga de calcular cómo se transporta esa parte del caudal que queda en el río aguas abajo de la toma de derivación, y, aguas abajo de la conexión de la depuradora con el río, le añade el caudal de salida de la depuradora, así como, si el río está conectado con un acuífero, el modelo calcula la recarga o descarga al acuífero en función de la diferencia entre los niveles del río y del acuífero.
  • El nivel de este acuífero, a su vez, queda influenciado por la infiltración de agua del río y de lluvia que le proporciona el “modelo físico”, y por las extracciones que se realicen en pozos cuya modelación corresponde a “modelos de inteligencia artificial” de demanda.

En Neurite, sabemos que no siempre se trata de tener más datos, sino de contar con los “mejores datos”, aquellos que puedan transformarse en conocimiento útil para la gestión óptima del agua.

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MODELOS AD HOC, COSTOSOS, COMPLEJOS Y… ¿OBSOLETOS?

Para controlar sus masas de agua, los gestores de cuencas encargan modelos ad hoc individuales por cuenca o subcuenca a despachos de ingeniería. Son modelos costosos y, a fuerza de ser estáticos, solo dos años después de haberse realizado ya pueden estar obsoletos, porque la gran dificultad de la gestión de las cuencas hidrológicas radica en su impredecibilidad y su altísima complejidad. ¿La solución? Es preciso sustituir los modelos ad hoc por una plataforma analítica de datos que genere predicciones inmediatas.

La creciente preocupación por el medio ambiente ha llevado a los países desarrollados a incrementar el número de iniciativas legales con el objetivo de acentuar la previsión y el control de los daños ocasionados tanto por lo que podríamos denominar “efectos naturales” (sequías e inundaciones), como por la acción humana (contaminación).

En la Unión Europea, la Directiva Marco del Agua (DMA), que entró en vigor el 22 de diciembre de 2000,  obligó a que antes de 2015 todos los países miembros caracterizaran, controlaran y gestionaran sus masas de agua superficiales y subterráneas, para protegerlas tanto en términos de cantidad como de calidad, y, en última instancia, con la finalidad de que se pudiera garantizar más y mejor su sostenibilidad.

Este tipo de iniciativas tan necesarias ha comprometido amplios recursos públicos y privados, desde el desarrollo de redes de monitorización con instrumentación clásica (aforo de ríos y acuíferos, pluviómetros, etc.), hasta información satelital.

Una necesidad no satisfecha

Los gestores de cuencas (las confederaciones hidrográficas en España y otros organismos públicos en el resto del mundo) necesitan aprovechar al máximo los caudales, planificar mejor los riesgos  agropecuarios, cargar penalizaciones a las centrales eléctricas que las utilizan incorrectamente y evitar los episodios de inundaciones que cada cierto tiempo provocan ingentes daños humanos y materiales.

Por ello, para controlar y gestionar mejor sus masas de agua, los gestores de cuencas encargan a despachos de ingeniería modelos ad hoc para cada cuenca.

Pero los modelos son muy costosos, individuales por cuenca o subcuenca y para un periodo determinado y , además, a fuerza de ser estáticos, al cabo de solo 2 años de haberse realizado, estos estudios ya pueden estar totalmente obsoletos, precisamente porque la gran dificultad de la gestión de las cuencas hidrológicas radica en su impredecibilidad y su altísima complejidad.

Por último, tengamos en cuenta que cada uno de los organismos públicos responsables del control de cuencas puede gestionar decenas de masas de agua y, por tanto, la suma del coste de los estudios de cada una de las cuencas es tan alta que llega a ser inasumible.

La innovación de Neurite

A pesar de la extensa monitorización de las masas de agua, continúa sin aprovecharse al máximo el agua como recurso y sigue siendo imprescindible mejorar la planificación de los riegos agropecuarios y evitar o minimizar los episodios de inundaciones causantes de daños humanos y materiales siempre excesivos.

¿A qué se debe que quede aún un amplio margen de  mejora?

Queda aún un amplio margen de mejora porque para realizar la predicción y el control no es suficiente un conocimiento exhaustivo de la situación actual, tal como ocurre ahora en el mejor de los casos.

  • Para una predicción y un control realmente efectivos se necesitan modelos numéricos predictivos que unan las causas con las consecuencias y permitan evaluar escenarios de actuación que las mitiguen.

“La innovación que propone Neurite consiste en sustituir los modelos ad hoc por una plataforma analítica de datos en SaaS (Software as a Service) que genere predicciones inmediatas

La tecnología que hay detrás de esta plataforma se basa en la combinación de bloques de algoritmos basados en ecuaciones físicas, con bloques de inteligencia artificial, que se nutren de observaciones, es decir, de series temporales meteorológicas, caudales en puntos de los ríos y nivel en acuíferos.

La alimentación previa de estos bloques de aprendizaje profundo les permite, primero, interpretar y entender las relaciones entre los datos introducidos y, segundo, emplear esos conocimientos para realizar previsiones.

Una vez entrenados y combinados adecuadamente, estas combinaciones de bloques permiten realizar predicciones inmediatas y con exactitud similar a los estudios de ingeniería comparativos.

La facilidad con que estos bloques pueden entrenarse y combinarse, permite que personas sin conocimientos informáticos puedan llegar realizar predicciones en diferentes escenarios, y bajo todo tipo de situaciones (stress test).

Plataforma  AIBLOCKS4WATER:  solución de predicción y control

Neurite propone la plataforma AIBLOCKS4WATER, la solución para llevar a cabo una predicción y un control realmente efectivos, que permite gestionar masas de agua superficiales y subterráneas, protegerlas en cantidad y en calidad, así como asegurar más y mejor su sostenibilidad.

  • Reduce el coste y el tiempo empleado (de meses a semanas), porque, para la puesta en marcha del modelo, mediante técnicas de Inteligencia Artificial aplicadas a medio ambiente ya no será necesario un conocimiento exhaustivo y a priori de todas las magnitudes.
  • Es de uso tan sencillo que consiste solo, y sin precisar codificación, en la conexión visual de bloques de cálculo como si se tratara de un Lego©.
  • Facilita una mejora incremental del modelo llegando incluso a integrar como un bloque más, los modelos numéricos ya existentes.
  • Se actualiza automáticamente en la misma medida en que se van obteniendo los datos observacionales.
  • Permite incorporar conocimiento adicional de la organización en forma de hojas de cálculo, de modo que pueda participar toda la organización de forma transversal sin tener que renunciar a cada particularidad departamental.

Neurite, especialistas con más de 30 años de experiencia trabajando con confederaciones hidrográficas.

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GESTIÓN DEL AGUA: INFORMACIÓN EXACTA Y SIEMPRE ACTUALIZADA

Para una gestión óptima del agua es fundamental disponer de información exacta y siempre actualizada. Para ello, es imprescindible que contemos con los medios que nos permitan combinar modelos numéricos basados en leyes físicas con modelos de Inteligencia Artificial (IA).

La gestión óptima del agua precisa de un conocimiento exacto de la cantidad y calidad del agua en cada punto del río o del acuífero, así como de una previsión tan precisa como sea posible de lo que pueda ocurrir en las próximas horas (caso de inundaciones), de los próximos días (caso de desviar excesivo caudal de un río por debajo de su caudal ecológico) o de los próximos meses (situaciones de sequía).

Sin embargo, los datos relativos a las previsiones meteorológicas solo se refieren a precipitaciones, y no a su traducción en el caudal que transcurre por un río o en el agua que llega a un acuífero.

Mientras que los datos se obtienen únicamente de las mediciones realizadas en unos pocos puntos del río, las estaciones de aforo, instalaciones integradas en la Red Oficial de Estaciones de Aforo o en la red de cada Organismo de Cuenca, cuyo objetivo es proporcionar datos que permitan conocer la evolución del caudal de agua y el estado de las reservas en los embalses.

Combinación de modelos numéricos basados en leyes físicas con modelos de Inteligencia Artificial

El paso del conocimiento de las precipitaciones al conocimiento del caudal actual y futuro en cada punto del río únicamente puede conseguirse con ayuda de modelos numéricos que incorporen las leyes físicas del  movimiento del agua.

Pero, para conseguir un conocimiento lo más exacto posible del caudal actual y futuro, hay una dificultad añadida: la acción humana, que puede modificar el caudal del río derivando, por ejemplo, una parte del agua a consumo urbano, derivándola a uso agrícola o, por el contrario, en lugar de extraer el agua, devolviéndola al río desde la salida de una depuradora.

La principal dificultad reside en que las causas que mueven a la toma de decisiones relativas a la derivación de agua no son fácilmente modelables mediante leyes físicas.

Y es precisamente ahí, para predecir las acciones humanas en la toma de decisiones relativas a la derivación de agua, donde interviene la Inteligencia Artificial.

Transformamos datos en conocimiento útil

La Inteligencia Artificial (IA) es capaz de deducir, a partir de una larga lista de ejemplos históricos, cómo se comportan tales acciones, las acciones humanas, con un grado de fiabilidad aceptable, de modo análogo, por ejemplo, a los modelos de Inteligencia Artificial que se usan para predecir comportamientos de compra a partir de los perfiles en las redes sociales.

La gestión óptima del agua requiere combinar modelos numéricos basados en leyes físicas y modelos de Inteligencia Artificial. Si solo se usaran modelos de IA, podrían obtenerse resultados tan absurdos como que saliera del sistema más agua de la que entrara. Y si únicamente se utilizaran modelos numéricos sin Inteligencia Artificial, solo “sabríamos” lo que podría ocurrir en el medio natural en caso de que no existiera el ser humano.

El “problema” de combinar ambos mundos (modelos numéricos basados en leyes físicas y modelos de inteligencia artificial) es que no son fácilmente acoplables:

  • Uno se basa en leyes deterministas y conocidas; el otro se basa en la acumulación de experiencias.
  • Uno puede dar razón de cada cálculo; el otro es incapaz de explicar porqué funciona aunque funcione.
  • Uno se basa en una resolución de ecuaciones; el otro en un cambio progresivo de su configuración neuronal a cada nueva información.

Neurite, soluciones para la gestión óptima del agua

Neurite ha diseñado una plataforma que permite encajar ambas tipologías de modelo de forma colaborativa, de modo que, por ejemplo, a partir de las previsiones de lluvia, el modelo numérico basado en leyes físicas es capaz de calcular el caudal del río hasta que llega un punto en el que se deriva el agua para una planta de abastecimiento para una población.

En ese punto del río la cantidad de agua que se derivará hacia la población la calcula un modelo de inteligencia artificial, así como el caudal que la depuradora de la población devolverá al río.

El modelo físico se encargará de calcular cómo se transporta esa parte del caudal que queda en el río aguas abajo de la toma de derivación, y aguas abajo de la conexión de la depuradora con el río le añadirá el caudal de salida de la depuradora. Y si el río está conectado con un acuífero, calculará la recarga o descarga en función de a qué nivel se encuentre el agua en el acuífero.

El nivel de este acuífero, a su vez, quedará influenciado, no solo por la infiltración de agua del río y de lluvia que le proporciona el “modelo físico”, sino también por las extracciones que realicen en pozos cuya modelación corresponderá a “modelos de inteligencia artificial”.

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INTELIGENCIA ARTIFICIAL ACOPLADA A MODELOS NUMÉRICOS

Atendiendo a las necesidades del ser humano (riego, agua de boca, etc.) y a las necesidades de la naturaleza (caudales ecológicos en los ríos), Neurite optimiza la gestión del agua al combinar Inteligencia Artificial (IA) y modelos numéricos, algo que nadie había hecho hasta ahora.

Con la combinación de inteligencia artificial y modelos numéricos, Neurite consigue obtener un verdadero gemelo digital de la cuenca hidrográfica o “masa de agua” (como la denomina la directiva europea), un gemelo o equivalente digital que “sabe” lo que ocurre en tiempo real y sabe también lo que puede llegar a ocurrir a partir de las previsiones meteorológicas.

El gemelo digital de la cuenca hidrográfica puede mantenerse en un proceso de mejora constante a través de la inteligencia artificial (machine learning), y mediante la incorporación del conocimiento de los expertos.

La incorporación del conocimiento de los expertos se realiza a través de un sistema no code (sin  codificar) basado en la integración de hojas Excel realizadas por el propio usuario experto, “bloques de conocimiento” que se integran automáticamente al “gemelo digital” con un sistema propio de Neurite.

La transformación digital en el mundo del agua y el medioambiente

Actualmente es relativamente fácil que tengamos acceso a enormes cantidades de datos, pero los datos no siempre son fiables ni aplicables directamente a la toma de decisiones, y cambian constantemente en el tiempo. 

El mercado, que solo ofrece el análisis de los datos externos (market analytics) o el análisis de los datos internos (business intelligence), no se atreve ni a cruzar la información de los mundos externo e interno, ni a asumir que, para resultar útil,  la información debe actualizarse constantemente.

La solución de Neurite, en cambio, permite procesar ambos mundos, tanto el de las variables externas (disponibles públicamente) como el de las variables internas (privadas del cliente), en un proceso de actualización constante que permite al usuario añadir su propio conocimiento y mejorar / ampliarle proceso de toma de decisiones.

El servicio de Neurite se basa totalmente en la nube: a medida que van llegando nuevos datos o nuevas previsiones se almacenan en la nube (o en un servidor del cliente final con el servicio on-premises) y se realizan automáticamente los cálculos mediante la creación en la nube de un ordenador virtual tan potente como requiera cada cuenca o cada petición de escenario de cálculo.

Neurite proporciona soluciones de software

Neurite proporciona soluciones de software para transformar los datos disponibles en continuo crecimiento en conocimiento útil que ayude realmente en los procesos de toma de decisiones, con un sistema que combina inteligencia artificial e inteligencia humana, datos internos y datos externos, para generar información relevante y constantemente actualizada.

El servicio de Neurite proporciona:

  • Integración de modelos hidrológicos con IA
  • Estado actual de los recursos hidrológicos
  • Calidad de datos y detección de errores
  • Pronóstico de recursos hidrológicos
  • Predicción de riesgo
  • Sistema de alerta temprana

Las soluciones de software de Neurite son de utilidad tanto para instituciones y organismos encargados de gestionar el agua, como para aquellos agentes que, como las mini centrales hidráulicas productoras de energía eléctrica o los regantes de cultivos, usan el agua como un recurso esencial e imprescindible.

En Cataluña hay 383 masas de agua (entre ríos, acuíferos, lagos, etc.), más de 4.000 en España y más de 136.000 masas de agua en Europa, a lo que hay que sumar miles de mini-centrales eléctricas y miles de comunidades de regantes (tanto de agua de río como de pozo).

Una previsión adecuada de la disponibilidad del agua, su primer y más esencial recurso, su “materia prima”, resulta en cualquier circunstancia absolutamente esencial.

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