Cirrus, un nuevo supercomputador para realizar mejores y más precisas predicciones meteorológicas

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), sucesora de la centenaria Dirección General del Instituto Nacional de Meteorología, y actualmente adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, contará desde finales de mayo con los servicios de Cirrus, el segundo ordenador más potente de España tras el Mare Nostrum del Barcelona Supercomputing Center (BSC).

Con casi diez veces más capacidad de computación que el superordenador actual de la Aemet, Cirrus, que ocupará una habitación propia de más de 20 metros cuadrados, almacenará toda la información climatológica de los últimos 125 años y permitirá hacer predicciones más precisas y proyecciones con mayor resolución.

Hasta el cuarenta de mayo, ¿no te quites el sayo?

Durante milenios, los seres humanos, especialmente los agricultores y los marinos, han alzado la cabeza, han observado el cielo y se han preguntado qué les depararía el futuro, para bien o para mal, a sus cosechas o a sus viajes.

Hasta principios del siglo pasado nuestros abuelos realizaban sus predicciones y elaboraban sus patrones climáticos a partir de la observación del clima y de la experiencia acumulada durante generaciones.

Lo esperable era que, en determinados lugares, en abril las aguas fueran mil, que hasta el cuarenta de mayo no conviniera quitarse el sayo o que si el cielo amanecía “empedrado” (nubes dividas en pequeños fragmentos de cirrocúmulos o altocúmulos que suelen indicar inestabilidad) durante la jornada el suelo acabara “mojado”.

Hoy en día, los meteorólogos disponen de una ingente cantidad de datos sobre el estado de la atmosfera, datos provenientes de satélites, radares, estaciones de aforo, etc., que permite realizar predicciones que, como es obvio, se caracterizan por una fiabilidad mucho mayor que la proveniente de la a veces contradictoria sabiduría popular.

Esta enorme cantidad de datos requiere también de un aumento de la capacidad de cálculo de los superordenadores.

Esta enorme cantidad de datos requiere también de un aumento de la capacidad de cálculo de los superordenadores que permita procesar un número elevadísimo de datos a una velocidad inevitablemente “inhumana”, utilizar mejores métodos de cálculo y realizar simulaciones con el mayor grado de certidumbre.

De Cirrus se espera que permita predecir el clima de manera más precisa y más detallada, que lo haga en menos tiempo y con mayor antelación (con partes a 12 horas y actualizaciones horarias), y que calcule con mayor resolución las dimensiones espaciales de los fenómenos climáticos, de modo que podamos llegar a  predecir qué ocurrirá no solo, por ejemplo, en una gran ciudad, sino en una sección específica de esta ciudad.

Actualmente, además de alzar la vista y observar el cielo, los ciudadanos de este país realizamos mensualmente casi 30 millones de consultas a la web de la Aemet. Y no solo lo hacemos para averiguar si el fin de semana nos “hará buen tiempo”, también lo hacemos porque las predicciones climáticas son imprescindibles para tomar decisiones muy relevantes en el ámbito de la gestión del agua, de la generación de energía, de la agricultura, la pesca y el turismo, entre otros.

EL CONOCIMIENTO AÑADIDO

Para la gestión del agua, uno de los ámbitos donde tan necesario es contar con buenas predicciones climáticas, disponemos de sensores que proporcionan datos de temperatura, de nivel de río, de profundidad del acuífero o de intensidad de lluvia; disponemos de satélites que suministran datos sobre el espesor de nieve o la humedad del suelo….

Pero el agricultor, para gestionar sus cultivos, precisa disponer no solo de datos, sino especialmente de un conocimiento muy concreto sobre cuándo y cómo va a llover, sobre cuál será la cantidad de agua que discurrirá por el canal o podrá extraer del el pozo,y sobre cuáles serán las temperaturas en un futuro inmediato o en los próximos meses.

Al organismo encargado de gestionar los embalses de una cuenca le gustaría saber de antemano cuál será el volumen esperado de lluvia transformada en agua en el embalse para decidirse a abrir compuertas o no.

Y las minicentrales hidroeléctricas querrían conocer cuánta agua podrán derivar del río sin dejar a éste por debajo del caudal ecológico.

Disponemos de datos, pero aún necesitamos dar un salto que nos permita transformar el dato en información, y la información en conocimiento.

Como hemos señalado en otro artículo en este mismo blog, disponemos de datos, pero aún necesitamos dar un salto que nos permita transformar el dato en información, y la información en conocimiento concreto, práctico y rentable.

Se requiere una cadena continua entre los sensores meteorológicos, las imágenes de satélite o radar y las previsiones climáticas; entre previsiones climáticas y previsiones hidrológicas; y también entre las previsiones y la evolución futura del caudal en superficie o el nivel del acuífero, para, finalmente, con toda esta información encadenada, cubrir el último salto.

Un último salto que consiste en la elaboración de los criterios que ayuden al agricultor o al gestor del embalse o de la minicentral a llevar a cabo una mejor gestión de su parcela en un momento concreto o, en un encadenamiento similar, que ayuden en la gestión de desembalses en avenidas, en el manejo de depuradoras o de plantas de tratamiento de agua, etc.

Este último salto requiere añadir conocimiento hidrológico e hidráulico a los resultados de las previsiones de Cirrus, para generar otras previsiones más cerca de la toma de decisiones  y, así, aprovechar al máximo toda esa enorme potencia de cálculo.

SUPERCOMPUTACIÓN vs. COMPUTACIÓN EN LA NUBE

Solo determinados problemas requieren el uso de supercomputadores, o bien por su extraordinaria complejidad y complicación o bien por su magnitud, como por ejemplo aquellos fenómenos globales que no puedan reducirse a un conjunto de fenómenos locales suficientemente independientes entre sí. Los procesos meteorológicos serían uno de estos fenómenos necesariamente globales.

Sin embargo, la mayoría de acciones en la naturaleza permiten una buena aproximación local, de ahí, por ejemplo, el concepto de “masa de agua” que reconoce una cierta unidad a una división territorial.

En aquellos casos en que pueda realizarse una división del problema, la mejor aproximación a su modelación es la computación en la nube.

“Divide y vencerás”

Es decir, divide el fenómeno global, por ejemplo el hidrológico, en pequeños modelos locales, masa de agua, y asigna un ordenador en la nube del tamaño necesario para cada modelo local, para finalmente resolverlos todos a la vez.

Es importante, pues, distinguir entre problemas susceptibles de ser divididos y soluciones capaces de escalar. La solución óptima pasa por la aplicación de ambas tecnologías, supercomputación y computación en la nube.

El uso de Cirrus por al AEMET será el gran paso al que acompañará  una proliferación de cálculos paralelizados en la nube que acercarán los datos al proceso de decisión.

Neurite, especialistas con más de 30 años de experiencia trabajando con confederaciones hidrográficas.

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¿QUÉ ES UNA MASA DE AGUA?

El término “masa de agua” es un término técnico, una unidad de evaluación o unidad de gestión definida en la Directiva Marco Europea del Agua (DMA), norma del Parlamento Europeo que  entró en vigor el 22 de diciembre de 2000.

“Masa de agua” es una división básica (una porción, una extensión, un volumen o una parte significativa y homogénea) de un curso de agua superficial o subterráneo, natural o artificial, continental o marino (aguas costeras), tanto en estado líquido como en estado sólido (glaciares, etc.).

La incorporación de una unidad de gestión como esta es categorizar (proporcionar un orden y clasificar) un número limitado de “divisiones de agua”, con el objetivo de facilitar su gestión y proceder al mantenimiento o la mejora de su estado ecológico, químico y cuantitativo (equilibrio entre extracciones y necesidades que garantiza o asegura una buena capacidad de renovación del recurso).

Con anterioridad a la DMA y al margen del ámbito especializado de la gestión del agua, el término “masa de agua oceánica” se ha utilizado y se utiliza para denominar volúmenes de agua marina, “masas” con características de temperatura y salinidad que se crean en procesos superficiales, se hunden y se mezclan con otras masas de agua en desplazamiento por las cuencas oceánicas.

La Directiva Marco del Agua (DMA)

La Directiva Marco del Agua nació con la voluntad de unificar en la Unión Europea las actuaciones relacionadas con la gestión de agua, implantar unos objetivos medioambientales homogéneos entre los Estados Miembros y establecer un marco común de actuación, un “marco legislativo que fuera coherente, efectivo y transparente”.

El primer punto de la Directiva señala que “El agua no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal”, tanto en calidad como en cantidad, para garantizar su sostenibilidad en unas circunstancias de “creciente presión que supone el continuo crecimiento de su demanda, de buena calidad y en cantidades suficientes para todos los usos”.

El objetivo de su aplicación fue detener el deterioro y conseguir un «buen estado» de ríos, lagos y aguas subterráneas, protegiendo el agua en todas sus formas (superficiales, subterráneas, continentales y de transición), regenerando los ecosistemas y reduciendo su contaminación.

Clasificación de las masas de agua en la DMA
Aguas superficiales y subterráneas
  • Aguas superficiales: todas las aguas continentales no subterráneas, aguas de transición y aguas costeras.
  • Masa de agua superficial: parte diferenciada y significativa de agua superficial (totalidad o parte de lago, embalse, corriente, río o canal; aguas de transición o tramo de aguas costeras).
  • Aguas subterráneas: todas las aguas que se encuentran bajo la superficie del suelo en la zona de saturación.
  • Masa de agua subterránea: volumen claramente diferenciado de aguas subterráneas en un acuífero o acuíferos.
Aguas continentales, de transición o costeras
  • Aguas continentales: masas de agua quietas o corrientes en superficie y todas las aguas subterráneas.
  • Aguas de transición: masas de agua superficiales próximas a la desembocadura de los ríos, parcialmente salinas, pero con notable influencia de flujos de agua dulce.
  • Aguas costeras: masas de agua superficial “situadas hacia tierra desde una línea cuya totalidad de puntos se encuentra a una distancia de una milla náutica mar adentro desde el punto más próximo de la línea de base que sirve para medir la anchura de las aguas territoriales y que se extienden, en su caso, hasta el límite exterior de las aguas de transición”.
Masas de agua artificial o muy modificada
  • Masa de agua natural: masa de agua que mantiene su hidromorfología y características ecológicas originales.
  • Masa de agua muy modificada: masa de agua superficial que ha experimentado un cambio sustancial producido por la actividad humana.
  • Masa de aguas artificial: masa de agua superficial creada por la actividad humana.
Masa de agua, cuenca hidrográfica y demarcación hidrográfica

Una masa de agua es una unidad básica de evaluación o de gestión, desde un río o una parte de un río (agua natural “dulce” que fluye en superficie o subsuelo) o un embalse (masa de agua “dulce” artificial quieta en superficie), hasta una masa de agua de transición (masa de agua superficial parcialmente salina próxima a la desembocadura de los ríos) o costera (masa de agua marina).

Una cuenca hidrográfica es, según definición de la Directiva Marco Europea, una “superficie de terreno cuya escorrentía superficial fluye en su totalidad a través de una serie de corrientes, ríos y, eventualmente, lagos hacia el mar por una única desembocadura, estuario o delta” y, por tanto, es o puede ser también una serie de masas de agua de distinta naturaleza.

La definición de cuenca hidrográfica no incluiría los acuíferos al no ser ni una superficie, ni necesariamente “desembocar” en el mar, menos aún en un único punto; sin embargo, las aguas subterráneas suelen incluirse también en dicho término.

Una demarcación hidrográfica es “la zona marina y terrestre compuesta por una o varias cuencas hidrográficas vecinas y las aguas de transición, subterráneas y costeras asociadas a dichas cuencas”.

NEURITE LAB: SOFTWARE  DE PREDICCIÓN Y CONTROL PARA UNA GESTIÓN ÓPTIMA DEL AGUA

La gestión óptima del agua requiere de un conocimiento preciso que tenga en cuenta tanto los fenómenos físicos como los derivados de la acción humana.

Llevar a cabo una previsión de lo que puede llegar a ocurrir en horas, días o meses en cada uno de los puntos del río o del acuífero resulta esencial para facilitar una gestión optima de las masas de agua superficiales y subterráneas, protegerlas en cantidad y en calidad, y asegurar más y mejor su sostenibilidad

El software  de predicción y control de Neurite Lab es una herramienta innovadora y efectiva tanto para la previsión de reservas y el control de caudales ecológicos en situación de sequía, como para la predicción, el control y la gestión de inundaciones.

Neurite Lab, especialistas con más de 30 años de experiencia trabajando con confederaciones hidrográficas.

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  • Imagen cedida por Vicente González

Concedido el Premio Abel, el Nobel de las matemáticas

La Academia Noruega de Ciencias y Letras ha otorgado recientemente el Premio Abel 2021 a László Lovász (1948), miembro del Instituto de Matemáticas Alfréd Rényi y de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, y a Avi Wigderson (1956), investigador del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, EE.UU.

Los cinco integrantes del comité de expertos de la Academia Noruega han concedido el Premio Abel, dotado con 7,5 millones de coronas noruegas (unos 735.000 euros) y considerado el Nobel de las matemáticas, a dos pioneros de la unión entre las matemáticas y la computación «por sus contribuciones fundacionales a la ciencia computacional teórica y a la matemática discreta, y por su papel destacado en la configuración de éstas como campos centrales de la matemática moderna».

El Premio Abel se estableció el 1 de enero de 2002 con el objetivo de reconocer la labor científica destacada en el campo de las matemáticas y se otorgó por primera vez el 3 de junio de 2003 al matemático francés Jean Pierre Serre (1926), por su contribución a la geometría algebraica, la teoría de números y la topología.

“Lovász y Wigderson han liderado este avance durante las últimas décadas. Su trabajo se entrelaza en muchos sentidos y, en particular, los dos han contribuido en gran medida a entender la aleatoriedad en computación y a explorar los límites de la computación eficiente. Gracias a su liderazgo, la matemática discreta y el campo relativamente joven de la informática teórica se han consolidado como áreas centrales de la matemática moderna», ha manifestado el presidente del Comité Abel, Hans Munthe-Kaas, en un comunicado.

Ambos forman parte de una generación de matemáticos que en la década de 1970 se dio cuenta de que las matemáticas discretas tenían en la informática una nueva área de aplicación.

Hoy en día, los algoritmos y los aspectos de seguridad de Internet son una parte integral de la vida cotidiana de todos nosotros. El trabajo de László Lovász y Avi Wigderson ha desempeñado un papel importante en este desarrollo, tal como se señala en la web de la Academia Noruega de Ciencias y Letras.

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Aplicaciones de la Plataforma AIBLOCKS4WATER en la gestión del agua

Las aplicaciones del software  de predicción y control AIBLOCKS4WATER son aquellas que dan respuesta a tres vectores-riesgo fundamentales: inundaciones, sequías y episodios de contaminación.

AIBLOCKS4WATER, software de NEURITE Lab, es una herramienta innovadora para la previsión de reservas y el control de caudales ecológicos en situación de sequía; para la predicción, el control y la gestión de inundaciones; y para la previsión de episodios de contaminación tanto de ríos, como de acuíferos.

La tecnología que hay detrás de la plataforma AIBLOCKS4WATER está basada en la combinación de bloques de algoritmos con bloques de inteligencia artificial.

La alimentación previa de estos bloques de aprendizaje profundo permite, en primer lugar, interpretar y entender las relaciones entre los datos introducidos y, en segundo lugar, emplear esos conocimientos para llevar a cabo predicciones inmediatas y con un alto grado de exactitud.

  • Para evaluar el efecto de determinadas obras civiles, como puentes o desviaciones del cauce.
  • Para llevar acabo la gestión más óptima ante una situación de fuertes precipitaciones.
  • Para evaluar el efecto de un incremento de caudal del río.
  • Para prever con suficiente antelación la posibilidad de inundaciones.
  • Para facilitar la planificación y el desarrollo de acciones encaminadas a paliar los efectos de una inundación.
  • Para definir o negociar las reglas de desembalse según sean las necesidades antrópicas y medioambientales.
  • Para evitar que el uso desmedido de un acuífero conlleve la inutilización de pozos próximos.
  • O para alertar de manera temprana sobre fenómenos de contaminación, tanto de ríos, como de acuíferos.

SEQUÍA

Previsión de reservas

  • Escenarios para determinar o solicitar en situaciones de sequía la concesión de derivaciones en el río, para que puedan ser atendidas de la manera más adecuada todas las concesiones, tanto para riego, abastecimiento o industria, como para mini centrales eléctricas y actividades lúdicas.
  • Escenarios para definir o negociar las reglas de desembalse en función de las necesidades antrópicas y medioambientales, para que el embalse disponga de suficiente “capacidad llena” como para soportar un determinado episodio de sequía, y suficiente “capacidad vacía” como para poder laminar una fuerte avenida.
  • Escenarios para determinar o solicitar la concesión de explotaciones de acuíferos (pozos) y evitar que el uso conjunto del acuífero (riego, abastecimiento y/o industria) provoque un descenso de su nivel por debajo de la rejilla del pozo y conlleve la inutilización de pozos próximos.

Previsión de contaminación por episodios de sequía

  • Alerta temprana de salinización de pozos costeros por intrusión marina cuando, por sobreexplotación, descienda el nivel del acuífero y se produzca la entrada del agua de mar, de mayor densidad, por debajo del acuífero, para que se puedan tomar las medidas oportunas, desde avisar a los usuarios de los pozos, como inyectar agua reutilizada, etc.
  • Alerta de incremento de niveles de contaminación en ríos provocado por el descenso de caudales y mantenimiento de carga contaminante de las industrias o núcleos urbanos que vierten en él, para que se pueda prevenir a los usuarios aguas abajo o incrementarse el caudal mediante acciones de desembalse.

Control de caudales ecológicos en ríos

  • Anticipación de las situaciones en las que el concesionado no está dejando pasar por el río el caudal ecológico, para que la inspección pueda optimizar su eficacia, actuar de manera pertinente y evidenciar el uso abusivo de la concesión.
  • Identificación de aquellas concesiones que producen energía eléctrica por debajo de lo que sería un óptimo uso del caudal de la concesión, dado un determinado equipamiento.

CONTAMINACIÓN

Previsión de episodios de contaminación

Alerta temprana de fenómenos de contaminación, tanto de río (vertido incontrolado aguas arriba), como de acuífero por contaminación directa (inyección en pozo) o indirecta (conexión con río contaminado o infiltración de agua en terrenos previamente contaminados)

Gestión de permisos

Escenarios para determinar o solicitar vertidos en río, de modo que se pueda evaluara priori el efecto que pueden tener determinados vertidos como carga contaminante durante episodios de sequía.

Gestión de episodios de contaminación

Información sobre los puntos más probables de origen de la contaminación, con el objetivo de que se incremente la eficacia de las inspecciones.

INUNDACIONES

Planificación del dominio público hidráulico

  • Escenarios para determinar o solicitar actuaciones en cauce público, para que se pueda evaluar a priori el efecto que determinadas obras civiles, como, por ejemplo, puentes o desviaciones del cauce, puedan tener sobre la lámina de agua de río.
  • Escenarios para determinar o solicitar actuaciones en cauce público, para que se pueda evaluar a priori el efecto que un incremento de caudal de río (una crecida o avenida) pueda tener sobre futuras urbanizaciones como, por ejemplo,  edificaciones, industrias, parkings, campings, etc., próximas al cauce del río. 

Gestión de inundaciones

  • Información veraz y actualizada para facilitar la planificación y el desarrollo de acciones encaminadas a paliar los efectos de una inundación, como, por ejemplo, el desalojo de márgenes o la regulación mediante cierre de embalses.

Previsión de inundaciones

  • Alerta temprana de situaciones de inundación a partir de predicciones meteorológicas para que se pueda prever con suficiente antelación la posibilidad de inundaciones aguas abajo, y se puedan llevar a cabo las medidas oportunas, como el desalojo de márgenes o la regulación mediante cierre de embalses.
  • Escenarios para la definición o la negociación de las reglas de desembalse, para que se pueda realizar la gestión más óptima ante una situación de fuertes precipitaciones y que el embalse disponga de suficiente “capacidad vacía” como para retener una avenida extraordinaria.

NEURITE Lab: Innovación en el sector de la Inteligencia Artificial

Somos una empresa innovadora en el sector de la Inteligencia Artificial aplicada a las predicciones en diferentes sectores, especializada en el modelaje de series numéricas medioambientales, especialmente en el área de la gestión de cuencas hidrológicas.

La finalidad de las soluciones de software de NURITE Lab es transformar los datos disponibles en conocimiento útil que ayude realmente en los procesos de toma de decisiones, con un sistema que combina inteligencia artificial e inteligencia humana, datos internos y datos externos, para generar información relevante y constantemente actualizada.

A lo largo de nuestra trayectoria, hemos sido reconocidos con el SELLO PYME INNOVADORA por el Ministerio de Ciencia e Innovación y con el SELLO DE EXCELENCIA de la Unión Europea,

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Imagen cedida por Vicente González

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER: ¿PARIDAD EN EL SECTOR DEL AGUA?

¿La profesión de piloto de aviación es una profesión de hombres? ¿La de azafata de vuelo es un trabajo de mujeres? ¿Es mejor una maestra que un maestro? ¿Por qué hay más de un 90% de varones en las aulas de informática y son tan pocas las mujeres que se decantan por las ingenierías?

En 8 de cada 10 viviendas de Asia, África y América son las mujeres (y las niñas) las que proveen de agua a sus familias, especialmente en las extensas zonas rurales donde no se dispone de infraestructuras que faciliten el acceso al agua potable.  

Son ellas las que emplean buena parte de su tiempo y de su energía en localizar, acarrear, almacenar, administrar y darle utilidad al agua: para saciar la sed y para preparar la comida; para la higiene personal y el saneamiento; para el riego de los pequeños huertos y para mantener con vida al ganado.

¿Por qué? ¿Por qué  las  mujeres son las responsables de llevar a cabo la gestión del agua?

Probablemente, porque, siendo como es una labor durísima, forma parte de las tareas que a las mujeres les son impuestas por el hecho de nacer mujeres, es decir, porque ese es el rol (el de hacerse cargo del cuidado y la supervivencia de sus hijos y de sus mayores) que la sociedad les obliga a asumir desde pequeñas.

EN EUROPA SOMOS DIFERENTES… ¿O NO?

En España, solo 1 (o algo menos) de cada 5 estudiantes de ingeniería es mujer, en la carrera de ingeniería informática las estudiantes son 1 de cada 10, y en la de matemáticas son un poco más del 30% del alumnado.

¿Por qué?

¿Por qué las jóvenes de nuestro país y del mundo industrializado en general no se sienten atraídas por las carreras universitarias técnicas y, en cambio, son mayoría en las de Humanidades, Ciencias Sociales y  Ciencias de la Salud?

Según un estudio titulado Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests y publicado por la revista Science, los estereotipos más comunes asocian la capacidad intelectual de alto nivel (la brillantez, la genialidad, la inteligencia) con los hombres más que con las mujeres.

De modo que, influidas por la sociedad y su entorno, a partir de los 6 años las niñas empezarían a creerse menos brillantes que sus compañeros varones y, por tanto, menos dotadas para las carreras que consideran de mayor dificultad.

“En los primeros años de escolarización, tanto niñas como niños asumen que hay trabajos más o menos apropiados para hombres y mujeres”

Muy pronto, en los primeros años de escolarización, tanto niñas como niños asumen que hay trabajos más o menos apropiados para hombres y mujeres, además de trabajos u ocupaciones para los que estarían más o menos dotados según sean niños o niñas.

Estas ideas, estos prejuicios que sostienen que hay trabajos más masculinos y trabajos más femeninos llegan a los niños y niñas en sus primeros años de vida a través de los adultos con los que se relacionan.

En un estudio realizado en España en 2019 titulado Roles y estereotipos de género en la enseñanza de materias STEM en las opiniones del futuro profesorado de primaria y secundaria, se pone de manifiesto que una parte considerable del profesorado consideraría que las chicas son mejores para dedicarse a la educación, a las carreras humanísticas y a las ciencias sociales, y que los chicos son más aptos para dedicarse a las matemáticas, la tecnología y la informática.

¿ES NECESARIA LA PARIDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES EN EL SECTOR HÍDRICO?

El Día Internacional de la Mujer se celebra cada 8 de marzo en casi todo el mundo, con el objetivo de llamar la atención sobre la situación de discriminación que las mujeres viven de manera más o menos evidente y generalizada.

Al principio, el día 8 de marzo se reivindicaba el sufragio universal (el derecho al voto), el derecho a la propiedad, el derecho a la participación en política…, hoy también se reivindica la paridad, es decir, una participación equilibrada de hombres y mujeres en política, actividades económicas, profesionales y académicas, especialmente cuando están vinculadas a la toma de decisiones.

El sector del agua, nuestro sector, se nutre especialmente de profesionales vinculados con  las ingenierías y las carreras técnicas, estudios especializados que mayoritariamente son seguidos por alumnos varones. No es de extrañar, por tanto, que sea el nuestro un sector muy masculinizado.

En cualquier sector, incluido el hídrico, lo deseable, aquello por lo que deberíamos trabajar, es que se den las condiciones para que haya una auténtica igualdad de oportunidades, sin prejuicios que pongan barreras a las vocaciones o impedimentos al talento.

Ni en el sector hídrico ni en ningún otro sector de la economía, la política o la ciencia… podemos permitirnos el “lujo” de que se pierda el talento individual de una parte muy importante de la sociedad.

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“Mind the gap” (Cuidado con el hueco) (I)

En 2016 murió Phil Sayer, la muy conocida voz  del aviso “Mind the gap” grabado en los años 80 y que se ha escuchado desde entonces en los ferrocarriles británicos y en la mayoría de las estaciones del metro de Londres, salvo “Embankment”, que conserva la grabación original de 1968 por motivos realmente entrañables.

El aviso “Mind the gap” resuena en las estaciones de metro a cada llegada de un convoy, advirtiendo a los viajeros de que al bajar o subir del vagón deben tener cuidado con el “gap”, el hueco, el espacio vacío, la distancia que hay entre el andén y el vagón.

 “También en la gestión del agua se producen “gaps”, espacios vacíos o huecos que, si son ignorados, pueden resultar peligrosos

Como en las estaciones del laberíntico metro de Londres, también en la gestión del agua se producen “gaps”, espacios vacíos o huecos que, si son ignorados, si no son tenidos suficientemente en cuenta, entrañan un riesgo que puede resultar muy peligroso.

En este primer artículo de la serie «GAPS» nos proponemos identificar uno de los huecos con los que hay que “andar con cuidado”, un vacío, una distancia a veces insalvable, que se produce entre datos, información y conocimiento.

DATOS, INFORMACIÓN, CONOCIMIENTO… ¡CUIDADO CON EL HUECO!

Suponer que datos, información y conocimiento son sinónimos, es decir, que significan o son lo mismo, es no percatarse del hueco, de la brecha que distancia cada uno de estos términos.  

Quizá gracias a la voz de aviso o por puro instinto, en el metro de Londres los turistas no acostumbramos a sufrir percances al subir o bajar del vagón. Sin embargo, somos muchos los que en la primera visita nos extraviamos al no advertir que por un mismo andén pueden pasar trenes que forman parte de distintas líneas y que conducen, cómo no, a diferentes destinos.

Y no es que a los turistas o a los viajeros no se nos proporcione un generoso cóctel de datos.

Al contrario, tanto en la estación como en el interior del vagón disponemos de datos en abundancia y de lo más variado: la hora exacta, la temperatura interior y la exterior, el intervalo de tiempo entre una y otra estación, el número máximo de pasajeros de pie o sentados… y el nombre de la última estación de la línea.

Todo ellos son datos, sí, pero ¿son relevantes?, ¿todos?, ¿en qué circunstancias?, ¿solucionaría en algo nuestro despiste (Este convoy, ¿adónde me lleva?) que los responsables del metro de Londres nos proporcionaran la hora con una precisión de centésimas de segundo, o que nos revelaran la media y varianza de la temperatura en un mes, así como su distribución espacial a lo largo del andén, o el peso equivalente al número de ocupantes que permanece en cada vagón a medida que estos entran o salen del vagón o del tren?

“Son datos, muchos datos. Pero, ¿mejoraría en algo nuestra capacidad orientarnos el disponer de todos ellos en todo momento?

Son datos, muchos datos. Pero, ¿mejoraría en algo nuestra capacidad orientarnos el disponer de todos ellos en todo momento?

Obviamente, no: con “datos” (muchos datos, ingentes cantidades de datos) no vamos a solucionar nuestras dificultades.

Los datos son signos materiales y convencionales que carecen de significado en sí mismos: difícilmente podremos deducir de una sarta de ceros y unos si estamos contemplando el balance de una empresa o un poema.

La información es una forma de conocimiento descriptivo, descontextualizado, libre de emociones, neutral en cuanto a valores y, con frecuencia, conceptualmente abstracta.

El conocimiento, a su vez, ni es solo una ristra de datos, ni es únicamente información abstracta: el conocimiento, para ser realmente conocimiento, debe ser útil; y para ser útil, es necesario que la información esté contextualizada y que la intervención del experto le dé sentido y la convierta en una valiosa herramienta. 

NO LO LLAMEMOS “CONOCIMIENTO” MIENTRAS SOLO SEAN “DATOS”

Para la gestión del agua, por ejemplo, se cuenta con multitud de sensores que proporcionan datos de temperatura, de nivel de río, de profundidad del acuífero o de intensidad de lluvia; satélites que suministran datos sobre el espesor de nieve, la humedad del suelo…, pero el agricultor, para gestionar su cultivo, que es lo que le interesa, precisa disponer de conocimiento muy concreto: ¿cuándo y cómo va a llover?, ¿qué cantidad de agua dispondrá en el canal o en el pozo?, ¿cuántos días seguidos estará sin precipitaciones y cuáles serán las temperaturas de los próximos días, semanas o meses.

El salto de los sensores a la necesidad de información del agricultor, del dato a la información, de la información al conocimiento es evidente, enorme, pero no insalvable,

Se requiere una cadena continua entre los sensores meteorológicos, las imágenes de satélite o radar y las previsiones climáticas; entre previsiones climáticas y previsiones hidrológicas; y también entre estas y la evolución futura del caudal en superficie o el nivel del acuífero; para finalmente, entre toda esta información encadenada, cubrir el último salto: el salto hacia el conocimiento del agricultor, es decir, la elaboración experta de los criterios que le ayuden a una mejor gestión de su parcela concreta en un momento dado.

Una cadena similar se podría establecer para la gestión de desembalses en avenidas, manejo de depuradoras, plantas de tratamiento de agua, etc. Todos estos casos comparten unas necesidades parecidas de información, y unas necesidades específicas de cada sector: por ello, la información debe orientarse por su utilidad para generar conocimiento.

Salvar estas brechas requiere no solo una homogeneización en los datos que los hagan fácilmente interpretables y manejables, sino también una estandarización en la forma de transmitir el conocimiento.

Es necesario, pues, una disponibilidad tanto de datos como de algoritmos para que en cada caso concreto se pueda utilizar el conocimiento de la comunidad tecnocientífica de forma sinérgica.

Actualmente, hemos alcanzado el paradigma de los datos abiertos, del Open Data, pero nos falta iniciar el nuevo paradigma: el del conocimiento abierto, el Open Knowledge, un intercambio de información con sentido y no una mera, aunque indispensable, exposición de los datos.

Digitalizar no es perjudicial, pero no es la solución si no convertimos los datos en información y éstos en conocimiento.

“Mind the gap” resuena en las estaciones de metro a cada llegada de un convoy, advirtiéndonos de que debemos tener cuidado con el “gap”, el hueco, el espacio vacío, la distancia que hay entre… el dato y el conocimiento.

Allá por 1934, T. S. Eliot se preguntaba en El Primer Coro de la Roca:

«¿Dónde está la vida que hemos perdido viviendo?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?»

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EL PÓKER DEL AGUA (I)

El Póker del Agua es un “juego” durante el cual se toman decisiones sobre cómo actuar en un embalse ante una situación de fuertes lluvias: la partida la juegan tres tipos, y un cuarto personaje, en su papel de croupier, extrae cartas de la baraja y las va colocando sobre la mesa.

Hoy hay partida de póker y TG lo sabe desde hace días. No se trata de una partida de póker corriente. No se celebra en Las Vegas ni en Montecarlo. Y a pesar de que hay mucho en juego, incluidas grandes cantidades de dinero, poca gente conoce su existencia.

TG es un jugador habitual, podríamos decir que imprescindible, pero está nervioso, siempre lo está. Y de camino a la partida repasa las jugadas, las posibilidades, los diferentes escenarios, porque va a necesitar toda su agilidad mental, primordial para jugar bien sus cartas cuando llegue el momento.

Al llegarte saluda al croupier y a los jugadores que van a participar. Se conocen bien, son muchas partidas en el Póker del Agua, un juego en el que se decide el futuro de cientos, de miles de personas, y se toman trascendentes decisiones sobre cómo actuar en un embalse ante una situación de fuertes precipitaciones.

El croupier inicia la partida destapando sucesivas cartas:  informes técnicos que va colocando sobre la mesa de juego.

Como en todo póker descubierto, el croupier inicia la partida destapando sucesivas cartas: informes técnicos que va colocando sobre la mesa de juego.

El Póker del Agua

La primera carta en la mesa no es buena para TG. Hay una borrasca (¿Dora, Ernest, Filomena, Gaetan, Hortense, Ignacio…?), pero parece que está alejada de la cuenca.

TG decide no apostar: no abrirá las compuertas de los embalses y permitirá que se embalse la lluvia.

RR, el jugador sentado a su derecha, está contento con esa decisión: a los regantes les interesa, cuanta más agua en el embalse, mejor. El temor a una sequía y a sus terribles repercusiones sobre los cultivos, siempre está presente.

A RH también le parece una  buena jugada, para los hidroeléctricos mucho mejor un caudal tranquilo y constante en el río.

“Nueva carta: todo cambia. Las predicciones meteorológicas indican que la borrasca se acerca, y parece una borrasca de las importantes.

CL se conforma también con pasar. El clima es el jugador más impredecible y también el más potente.

Sobre la mesa, una nueva carta: el escenario cambia por completo. Las predicciones meteorológicas indican que la borrasca se aproxima, y parece una borrasca de las importantes.

CL sube un poco la apuesta. TG está inquieto y también acepta subirla: vaciará moderadamente el embalse. Si embalsara toda el agua que parece que ha de llegar con esta borrasca, podría quedarse sin resguardo para laminar una posible avenida, es decir, para retener el agua y soltarla de forma progresiva y evitar así inundaciones aguas abajo de la presa.

RR se opone y pasa: un desembalse rápido, aunque sea pequeño, es algo que difícilmente podrán aprovechar para el regadío de sus cultivos.

Pero RH acepta la jugada y se levanta de la mesa, móvil en mano, para dar instrucciones a sus centrales:

—Turbinad, que viene un primer desembalse y no lo podremos aprovechar si no nos damos prisa –ordena a su gente.

La última carta es definitiva: los sensores de caudal del río en cabecera de cuenca empiezan a subir”

La última carta es definitiva. Los sensores de caudal del río en cabecera de cuenca empiezan a subir con una velocidad preocupante.

RR y RH se levantan de sus sillas y abandonan la partida: la apuesta es demasiado alta, hay demasiado riesgo como para anteponer sus intereses.

Ahora TG está solo frente a CL. Siempre lo está en situaciones de emergencia. Los Representantes de los Regantes y de los Hidroeléctricos solo están presentes en las comisiones de desembalse, un par de veces al año. Pero en situación de alerta, TG los tiene presentes en su mente, cuando se enfrenta a un dilema de enorme trascendencia: la decisión que nunca le gusta tener que tomar.

Si abre al máximo las compuertas del embalse, toda esa agua que se ha ido embalsando durante tantos meses se irá al mar en cuestión de horas, sin poderse aprovechar, con riesgo de quedarse sin agua para paliar una futura sequía.

Por el contrario, si ordena cerrar las compuertas, podría aumentar el nivel del embalse y disponer de agua para todo un año, o incluso dos.

Pero si la lluvia es más intensa de lo que se prevé, entonces no tendrá capacidad para aguantar todo el volumen que le viene encima, y deberá dejar que el agua sobrante pase por encima de la presa, quizá inundando los pueblos.

Esta partida no se juega en uno de los famosos torneos de Las Vegas o de Montecarlo. TG no está en un gran casino ni en un hotel glamuroso…, y ahora debe jugar a ciegas, como tantas otras veces”

Esta partida no se juega en uno de los famosos torneos de Las Vegas o de Montecarlo. TG no está en un gran casino ni en un hotel glamuroso, sino en una sala de Telecontrol, ordenador y teléfono en mano.

Sí, TG dispone de muchas observaciones, muy costosas, con mucha precisión, pero… ahora debe jugar a ciegas, como tantas otras veces.

¡Cuánto le gustaría que en este momento apareciera sobre la mesa una nueva carta!

NEURITE

Suspira y sueña con el día en que se ponga sobre la mesa una carta más, una carta de calidad, que le permita disponer de una buena mano, con modelos de predicción fiables, una carta que lo hiciera todo más fácil y seguro… un modelo digital con el que jugar sus cartas sin que tuviera consecuencias reales, algo que se pareciera tanto a la realidad como un gemelo a otro.

De vuelta a casa, observa su reflejo en un escaparate y sonríe: quizá sea el peso de la responsabilidad lo que encorva su espalda. A TG, Técnico de Guardia de la Administración, solo le falta la capucha y las gafas negras para parecer un jugador de póker profesional salido de una película de cine negro.

  • Este relato es una ficción, fruto de la imaginación de su autor, y, de ningún modo, pretende reflejar situaciones reales pasadas, presentes o futuras.
  • Publicado en iAgua el día 16/02/2021

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PREDICCIÓN Y CONTROL DE SEQUÍAS, INUNDACIONES Y EPISODIOS DE CONTAMINACIÓN

Los periodos de sequía, muy frecuentes a lo largo del último siglo, suponen un enorme impacto social, económico y medioambiental, mientras que las inundaciones son la catástrofe natural que mayores daños genera en España. Sin embargo, sus consecuencias  siempre parecen “cogernos por sorpresa”. ¿Por qué? ¿Necesitamos “más” información o información de “más calidad”?

Dora, Ernest, Filomena, Gaetan, Hortense, Ignacio… son los nombres de las borrascas que han “visitado” o visitarán nuestros territorios los últimos meses de 2020 y los primeros de 2021.

Muy bajas temperaturas, precipitaciones con picos de gran intensidad, vientos fuertes o muy fuertes, granizadas, grandes volúmenes de nieve…, todo ello tras un año, el 2020, que, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ha sido el más cálido desde que hay mediciones, por encima del anterior récord del año 2019.

Es probable que a los ciudadanos, en general, estas borrascas nos hayan sorprendido por su intensidad o por las consecuencias de sus características extremas, pero, en realidad, se trataba de borrascas “previstas”.

Puede que las borrascas nos hayan sorprendido por su intensidad o por sus consecuencias, pero, en realidad, se trataba de borrascas que habían sido previstas.

Tan previstas, que incluso fueron “bautizadas” con antelación por, en este caso, los servicios meteorológicos de España, Francia, Portugal y Bélgica.

Y si fueron bautizadas fue, precisamente, porque los meteorólogos les atribuyeron un gran poder para destruir, es decir, para impactar sobre bienes, personas y/o espacios naturales.

Según el Ministerio para la Transición ecológica  “las inundaciones son la catástrofe natural que mayores daños genera en España. Según el Consorcio de Compensación de Seguros y el Instituto Geológico y Minero de España, en nuestro país, los daños por inundaciones se estiman en total en una media de 800 millones de euros anuales”.

En cuanto a los periodos de sequía, muy frecuentes a lo largo del último siglo, sabemos que pueden suponer y suponen un impacto social, económico y medioambiental enorme, con grandes pérdidas para sectores como el agrícola o el turístico

Sin embargo, según los expertos, el clima no es el responsable único de los efectos de los eventos extremos, tanto de los  excesos (las inundaciones), como de las escaseces (las sequías).

Es la falta de planificación o la planificación inadecuada la mayor responsable de que los efectos de ciertos episodios climáticos tengan mayor o menor trascendecia.

Es en el presente cuando construyes el futuro

Es ahora, en el presente, cuando podemos y debemos tomar las decisiones que nos permitan minimizar los daños relacionados con las incidencias meteorológicas del futuro.

Pero la gestión óptima del agua requiere de un conocimiento preciso que permita una previsión de lo que puede llegar a ocurrir en horas, días o meses en cada uno de los puntos del río o del acuífero, un conocimiento que tenga en cuenta tanto los fenómenos físicos, como los derivados de la acción humana.

AIBLOCKS4WATER es una herramienta que hace posible transformar los datos en conocimiento útil que ayuda en la toma de decisiones, con un sistema que combina inteligencia artificial e inteligencia humana.

Es un software pionero e innovador con el que es posible llevar a cabo una predicción y un control realmente efectivos, para gestionar masas de agua superficiales y subterráneas, protegerlas en cantidad y en calidad, y asegurar más y mejor su sostenibilidad.

Disponer del conocimiento con suficiente antelación, permite:

  • Prever el efecto que determinadas obras civiles, como puentes o desviaciones del cauce, puedan tener sobre la lámina de agua de río.
  • Definir las reglas de desembalse, para que se pueda realizar la gestión más óptima ante una situación de fuertes precipitaciones.
  • Calibrar las consecuencias que un incremento de caudal de río pueda tener sobre futuras urbanizaciones.
  • Determinar los mecanismos que contruyan a preservar el caudal ecológico del río evitando el uso abusivo de las concesiones.
  • Advertir de los puntos más probables de origen de una contaminación, de modo que se incremente la eficacia de las inspecciones.

Solo estaremos en disposición de llevar a cabo una buena planificación, si nos basamos en información actualizada, completa y veraz, información que haga posible una gestión que se adelante a los “problemas”, que los prevea de manera concreta y detallada, y que permita tomar las decisiones más oportunas y eficaces.

Neurite, especialistas con más de 30 años de experiencia trabajando con confederaciones hidrográficas.

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Imagen cedida por Vicente González


EL AGUA, UN DERECHO ESENCIAL

Crece el consumo pero no la cantidad de precipitaciones y agua disponible. En estas circunstancias, se hace imprescindible una nueva y mejor gestión del agua, basada en decisiones tomadas a partir de información exacta y actualizada.

Estamos tan habituados a abrir el grifo y que fluya tanta agua como nos plazca que, si un día, por algún motivo, en nuestras casas dejara de manar agua, probablemente nos parecería una situaciónentre absurda e inaceptable.

Actualmente, en pleno siglo  XXI y en la Europa más acomodada, a la mayoría de los ciudadanos europeos nos costaría imaginar cómo se vive cuando no se dispone de un suministro de agua potable fácil, abundante e ininterrumpido.

El acceso al agua, ese “bien” tan aparentemente simple con el que saciamos la sed, cocinamos o nos procuramos una higiene imprescindible es considerado un derecho, tanto por los ciudadanos como por organismos del  calado mundial de la ONU.

En noviembre de 2002, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, definió el derecho al agua como “el derecho de cada uno a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico.”

En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho al agua y al saneamiento como un derecho humano básico, sin el cual, otros derechos de mucho más relumbre, como el derecho a la vida, a la libertad o a la igualdad, no podrían ni siquiera plantearse.

Y en 2015, la Organización de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, un programa que plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y, entre ellos, el sexto ODS, se centra en el agua y en la necesidad de garantizar disponibilidad, gestión sostenible y saneamiento para todos.

EN EL MUNDO, 4 DE CADA 10 PERSONAS CARECEN DE ACCESO A AGUA POTABLE

Sin embargo, según datos de la OMS, la escasez de agua afecta a día de hoy a más del 40% de la población del mundo, y son más de 2.000 millones los seres humanos (de los cerca de 8.000 que poblamos la Tierra) que tienen dificultades para acceder a agua potable.

Cuando leemos datos que reflejan la escasez de agua, puede que nos vengan a la mente paisajes que consideramos propios de regiones pobres y desérticas del “tercer mundo”, sin embargo, instituciones como World Resources Institute (WRI) han hecho publicas listas tanto de los países que actualmente sufren mayor escasez, como de los países que en un futuro próximo corren el riesgo de padecer un mayor estrés hídrico y, entre esos países, junto a Túnez, Argelia o Afganistán, se encuentra España.

De manera constante aumenta la demanda de agua destinada a abastecer a los millones de turistas que visitan el país y aumenta también el consumo de agua para usos agrícolas, pero el agua, la cantidad de agua disponible, no aumenta.

UNA MEJOR GESTIÓN DEL AGUA

En estas circunstancias, creciendo el consumo pero no la cantidad de precipitaciones y agua disponible, se hace imprescindible una nueva y mejor gestión del agua, una gestión basada en decisiones tomadas a partir de información exacta y siempre actualizada.

Es necesario contar con un conocimiento exacto de la cantidad y calidad del agua en cada punto del río o del acuífero, así como disponer de la información que haga posible una previsión precisa de lo que pueda ocurrir en horas, días o meses, en relación a eventuales inundaciones, ausencia o escasez de lluvias durante un período prolongado de tiempoo desvíos excesivos del caudal de los ríos por debajo de su caudal ecológico.

Para alcanzar esta meta, Neurite ha diseñado una plataforma que permite combinar modelos numéricos basados en leyes físicas con modelos de Inteligencia Artificial (IA) y, al encajar de forma colaborativa ambas tipologías de modelo, se consigue, por ejemplo, lo siguiente:

  • A partir de las previsiones de lluvia, el modelo numérico basado en leyes físicas calcula el caudal del río hasta que llega un punto en el que se deriva el agua para una planta de abastecimiento de una población.
  • En ese punto, un modelo de inteligencia artificial calcula la cantidad de agua que se podría estar derivando hacia la población y el caudal que la depuradora de la población retornaría al río.
  • El modelo físico se encarga de calcular cómo se transporta esa parte del caudal que queda en el río aguas abajo de la toma de derivación, y, aguas abajo de la conexión de la depuradora con el río, le añade el caudal de salida de la depuradora, así como, si el río está conectado con un acuífero, el modelo calcula la recarga o descarga al acuífero en función de la diferencia entre los niveles del río y del acuífero.
  • El nivel de este acuífero, a su vez, queda influenciado por la infiltración de agua del río y de lluvia que le proporciona el “modelo físico”, y por las extracciones que se realicen en pozos cuya modelación corresponde a “modelos de inteligencia artificial” de demanda.

En Neurite, sabemos que no siempre se trata de tener más datos, sino de contar con los “mejores datos”, aquellos que puedan transformarse en conocimiento útil para la gestión óptima del agua.

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MODELOS AD HOC, COSTOSOS, COMPLEJOS Y… ¿OBSOLETOS?

Para controlar sus masas de agua, los gestores de cuencas encargan modelos ad hoc individuales por cuenca o subcuenca a despachos de ingeniería. Son modelos costosos y, a fuerza de ser estáticos, solo dos años después de haberse realizado ya pueden estar obsoletos, porque la gran dificultad de la gestión de las cuencas hidrológicas radica en su impredecibilidad y su altísima complejidad. ¿La solución? Es preciso sustituir los modelos ad hoc por una plataforma analítica de datos que genere predicciones inmediatas.

La creciente preocupación por el medio ambiente ha llevado a los países desarrollados a incrementar el número de iniciativas legales con el objetivo de acentuar la previsión y el control de los daños ocasionados tanto por lo que podríamos denominar “efectos naturales” (sequías e inundaciones), como por la acción humana (contaminación).

En la Unión Europea, la Directiva Marco del Agua (DMA), que entró en vigor el 22 de diciembre de 2000,  obligó a que antes de 2015 todos los países miembros caracterizaran, controlaran y gestionaran sus masas de agua superficiales y subterráneas, para protegerlas tanto en términos de cantidad como de calidad, y, en última instancia, con la finalidad de que se pudiera garantizar más y mejor su sostenibilidad.

Este tipo de iniciativas tan necesarias ha comprometido amplios recursos públicos y privados, desde el desarrollo de redes de monitorización con instrumentación clásica (aforo de ríos y acuíferos, pluviómetros, etc.), hasta información satelital.

Una necesidad no satisfecha

Los gestores de cuencas (las confederaciones hidrográficas en España y otros organismos públicos en el resto del mundo) necesitan aprovechar al máximo los caudales, planificar mejor los riesgos  agropecuarios, cargar penalizaciones a las centrales eléctricas que las utilizan incorrectamente y evitar los episodios de inundaciones que cada cierto tiempo provocan ingentes daños humanos y materiales.

Por ello, para controlar y gestionar mejor sus masas de agua, los gestores de cuencas encargan a despachos de ingeniería modelos ad hoc para cada cuenca.

Pero los modelos son muy costosos, individuales por cuenca o subcuenca y para un periodo determinado y , además, a fuerza de ser estáticos, al cabo de solo 2 años de haberse realizado, estos estudios ya pueden estar totalmente obsoletos, precisamente porque la gran dificultad de la gestión de las cuencas hidrológicas radica en su impredecibilidad y su altísima complejidad.

Por último, tengamos en cuenta que cada uno de los organismos públicos responsables del control de cuencas puede gestionar decenas de masas de agua y, por tanto, la suma del coste de los estudios de cada una de las cuencas es tan alta que llega a ser inasumible.

La innovación de Neurite

A pesar de la extensa monitorización de las masas de agua, continúa sin aprovecharse al máximo el agua como recurso y sigue siendo imprescindible mejorar la planificación de los riegos agropecuarios y evitar o minimizar los episodios de inundaciones causantes de daños humanos y materiales siempre excesivos.

¿A qué se debe que quede aún un amplio margen de  mejora?

Queda aún un amplio margen de mejora porque para realizar la predicción y el control no es suficiente un conocimiento exhaustivo de la situación actual, tal como ocurre ahora en el mejor de los casos.

  • Para una predicción y un control realmente efectivos se necesitan modelos numéricos predictivos que unan las causas con las consecuencias y permitan evaluar escenarios de actuación que las mitiguen.

“La innovación que propone Neurite consiste en sustituir los modelos ad hoc por una plataforma analítica de datos en SaaS (Software as a Service) que genere predicciones inmediatas

La tecnología que hay detrás de esta plataforma se basa en la combinación de bloques de algoritmos basados en ecuaciones físicas, con bloques de inteligencia artificial, que se nutren de observaciones, es decir, de series temporales meteorológicas, caudales en puntos de los ríos y nivel en acuíferos.

La alimentación previa de estos bloques de aprendizaje profundo les permite, primero, interpretar y entender las relaciones entre los datos introducidos y, segundo, emplear esos conocimientos para realizar previsiones.

Una vez entrenados y combinados adecuadamente, estas combinaciones de bloques permiten realizar predicciones inmediatas y con exactitud similar a los estudios de ingeniería comparativos.

La facilidad con que estos bloques pueden entrenarse y combinarse, permite que personas sin conocimientos informáticos puedan llegar realizar predicciones en diferentes escenarios, y bajo todo tipo de situaciones (stress test).

Plataforma  AIBLOCKS4WATER:  solución de predicción y control

Neurite propone la plataforma AIBLOCKS4WATER, la solución para llevar a cabo una predicción y un control realmente efectivos, que permite gestionar masas de agua superficiales y subterráneas, protegerlas en cantidad y en calidad, así como asegurar más y mejor su sostenibilidad.

  • Reduce el coste y el tiempo empleado (de meses a semanas), porque, para la puesta en marcha del modelo, mediante técnicas de Inteligencia Artificial aplicadas a medio ambiente ya no será necesario un conocimiento exhaustivo y a priori de todas las magnitudes.
  • Es de uso tan sencillo que consiste solo, y sin precisar codificación, en la conexión visual de bloques de cálculo como si se tratara de un Lego©.
  • Facilita una mejora incremental del modelo llegando incluso a integrar como un bloque más, los modelos numéricos ya existentes.
  • Se actualiza automáticamente en la misma medida en que se van obteniendo los datos observacionales.
  • Permite incorporar conocimiento adicional de la organización en forma de hojas de cálculo, de modo que pueda participar toda la organización de forma transversal sin tener que renunciar a cada particularidad departamental.

Neurite, especialistas con más de 30 años de experiencia trabajando con confederaciones hidrográficas.

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